Columna: ARENA SUELTA/ POR TAYDE GONZÁLEZ ARIAS / LOS PRIMEROS DÍAS DE LA PRESIDENTA
ARENA SUELTA
POR TAYDE GONZÁLEZ ARIAS
LOS PRIMEROS DÍAS DE LA PRESIDENTA
Los primeros días de Claudia Sheinbaum Pardo, como Presidenta de México han dado para tema de conversación de propios y extraños, ya porque se dice que le beso la mano a Manuel Velasco durante la toma de protesta, ya porque vistió un atuendo al parecer bordado a mano por las manos mágicas de nuestras artesanas y/o ya por la visita a las tierras afacetadas por el huracán John, en específico a Acapulco. Total, que cómo sea, y como ya venía siendo se ha comenzado a caminar en lo que serán seis años de gobierno con sello de mujer.
Hay quienes afirman que, aunque sea mal, deben de hablar de ti, pues pese a que sea de mala manera o forma es publicidad, sin embargo, otros creemos que la fama pública ha de ser cuidadosa y cuidada, de tal suerte que siempre el tener una buena imagen cuente, y aunque las cosas deben tomarse de quienes vienen, lo cierto es que hay opiniones que tienen más valor por venir de personalidades cuya reputación les precede.
En el tenor, de cuidar bien de qué lado vienen los aplausos y los abucheos, siempre vale la pena ponderar, porque su bien es cierto que al caballo se le acaricia para después montarlo, también lo es que al que se le paga o al que se le apoya o ayuda, es quien suele ovacionar, y a los que se les maltrata, se les olvida o ignora, son los que demeritan todo, critican todo y hasta blasfeman. Es decir, en la boca de un ardido siempre serás el malo.
Sin embargo, pese a no llevarse bien, a representar la oposición e incluso a no tener nada en común, la toma de protesta o evento en el que se colocó la banda presidencial a la primera mujer Presidenta, se dio en medio de la resiliencia y la solidaridad, y las palabras vinieron de otras mujeres que aplaudieron ver a una igual a ellas llegar, y ello pudo darse por razón de un mensaje sensato, de un discurso ecuánime y claro que queda para posteridad por referirse a la pluralidad y al logro de muchos.
La Presidenta, vistió en su primer dia en el cargo, sobria, digna, y hasta elegante, sin joyas vistosas, sin exageraciones o todos subidos, prefirió el blanco de la paz y los bordados florales propios de nuestra representativa mexicanidad.
Aunque se debe mencionar que, se refirió para mal a exmandatarios como Zedillo, mientras comparó con Cárdenas a López Obrador, para algunos fue una muestra de agradecimiento, y agradecer es de gentes.
Hoy México, tiene una mujer de Presidenta hecha y derecha, con carrera política y académica, no ha lugar para equivocaciones y si las hay por cuestiones de humanos deben ser las menos.
Si los medios de comunicación, cualquiera que éste sea descalifica sin argumento deberá perder la credibilidad de inmediato, pero si con todo el aparato de gobierno con el que cuenta en los tres poderes, no avanza como se desea, no progresamos hasta donde merecemos, entonces será un sexenio perdido desde donde será imposible, volver a soñar que si es posible alcanzar un estado de verdadero bienestar.
Más que el beneficio de la duda, la Presidenta tiene la confianza de un país que lucho en demasía para que las mujeres tuvieran la oportunidad de llevar las riendas de “el cuerno de la abundancia” que no tenga duda en ejecutar cuanta política considere, para que la paz vuelva a México, para que acabe la pobreza y para que la salud sea verdaderamente un derecho.
Que se note el grado académico en la sensibilidad para dirigirse con los que la votaron, pero sobre todo para aquellos que no coincidieron en la boleta para darle su voto, pues eso será un golpe con guante blanco, para los que han creído que no podrá hacer más que quien le dejó el cargo, y que, pese a que en el partido se encuentre el hijo del expresidente, ella tiene y tanga el tesón, la fuerza y la seguridad que le brindan todas las mujeres mexicanas.
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