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Columna: LA POLÍTICA Y los jóvenes / Por: Josefina Morales Zaragoza

LA POLÍTICA


Y los jóvenes


Por: Josefina Morales Zaragoza


Para el año 2011, México llego a la mayor población de jóvenes en su historia (INEGI 2010, del 9 de agosto del 2012) cuatro de cada diez (37.1%) adolescentes de 15 a 19 años, uno de cada tres (33.3%) jóvenes de 20 a 24 años y casi tres de cada diez (29.6%) de 25 a 29 años de edad.


Por lo anterior en el 2011 los jóvenes representaron la cuarta parte de la población del país. Y este panorama es parte de un proceso mundial de globalización (proceso económico, político, tecnológico, social y cultural que ha transformado al mundo en un lugar cada día más interconectado y que ha afectado, de diversas maneras, los mercados, tecnologías, comercializaciones, comunicaciones, políticas y desarrollos industriales a nivel global).


También es cierto que, para la mayoría de los jóvenes, hablar de política tiene más de desencanto que de esperanza.

Los jóvenes se sienten utilizados para hacer las actividades y trabajos, considerados de menor relevancia en un contexto político.


Se preguntan algunos que caso tiene ser o no ser político; para empezar la política en un lado de la balanza es una esperanza durante una campaña; pero luego ya en los hechos consumados olvidan a todos aquellos jóvenes que se acercaron, con ganas de aprender, de trabajar o con la esperanza para un cambio para mejor para todos.


Y luego el resultado es que ellos no son políticos y solo forman parte de la política, por que participan en ella pegando posters, entregando volantes, portando camisas con logos, cachuchas y banderines.


Hoy nos toca ver en los jóvenes la nueva política, desde las redes sociales y la nueva normalidad, que regula las relaciones sociales en aras de cuidar la salud de otros y la propia.


¿Entonces son o no son políticos? O la política los usa y se sirve de ellos para sus fines; primero los recluta, y luego los etiqueta en estereotipos: lideres deportivos; lideres musicales; lideres intelectuales, y no líderes, jóvenes que viven el hoy y no piensan en su mañana, y que son reclutados para actividades “políticas temporales”.


Los jóvenes en su mayoría si reconocen el dolor inevitable de ver alejarse sus sueños, mientras más crecen y son menos inocentes; claramente pueden ver como la pobreza sigue aquí, las oportunidades de estudio y trabajo no son las deseadas.


¿En dónde chocan o hacen corto circuito los jóvenes y la política? Es una mentira que con ella, claro la política como herramienta social, se puede mejorar un país, o es verdad que con la política se puede hacer valer lo que esta escrito en la constitución y en las leyes para cuidar y proteger a cada ciudadano de este país. Hay esperanza, aunque parece estar en las manos de quienes ya cumplieron sus sueños y siguen persiguiendo otros sueños.


Mientras los jóvenes ven la incongruencia de las palabras y de las acciones. Y creer que los ciudadanos somos una “masa” de gente que sigue discursos; es claro que hay muchos jóvenes que resaltan que no todos somos iguales, que hay muchas ovejas de otros colores que caminan del lado contrario o se detienen para ver como y a donde caminan los demás.


El joven, tiene en su naturaleza y genética que no quiere ser igual a otros, buscar ser el diferente, y es cierto muchos quieren ser iguales, pero también muchos quieren ser diferentes.


¿Y luego la juventud termina, cuánto dura? Porque los sueños de los adultos, aunque dormidos, se construyeron en la juventud.


Sigue la esperanza con cada generación de jóvenes, todos quieren una vida digna, una vida con justicia y con plenitud, si podemos escribir con felicidad, estaremos en el camino que los jóvenes sueñan.


Porque hay jóvenes que no lo dicen, pero hay otros que lo demandan: tienen ideas, propuestas y deseos de ser parte de los procesos de transformación de su entorno.


¿Que los motiva? Sus razones son muchas y están expuestas en foros juveniles, hoy en las redes sociales, en donde expresan que desean ver por una comunidad mejor; que desean oportunidades para superarse e incluso piensan en que al dejar de ser jóvenes vendrá una generación de jóvenes que también merecen recibir una mejor sociedad y oportunidades de desarrollo en todos los sentidos del existir humano.


Los jóvenes escuchan a los adultos, quejarse de una política insensible, sucia, indiferente para todos, pero especialmente para los jóvenes. Y con estas ideas, y luego constatarlo en los hechos al no poder estudiar o no encontrar un trabajo digno, la “Política” se torna en una palabra necesaria, pero nada atractiva; o bien atractiva para algunos, de acuerdo a sus intenciones y proyectos a través de la política.


Los jóvenes son los seres humanos que nos enseñan a los adultos a no perder la alegría, el compromiso, la perseverancia y una gran convicción de que se puede avanzar, y en compañía de la política tener logros en temas como la justicia, discriminación, pobreza, seguridad, educación y oportunidades labores.


Hay consignas que debieran recitarse como letras de canciones populares “nunca más sin los jóvenes” así como “nunca mas sin las mujeres”. Estamos consientes que todos los proyectos que podamos mencionar ya sean pasados o presentes, e incluso futuros, no pueden estar al margen de los jóvenes.


Nuestro Gobierno considera legalmente que los jóvenes tienen un rango de edad desde los 18 años, edad en que pueden votar y ser votados, en donde tienen derechos y obligaciones civiles, hasta los veintinueve años con 11 meses y los 29 o 30 días para cumplir los 30.


Hoy los jóvenes que antes habitaban los espacios públicos deportivos, parques, y construcciones afines para ellos, en actividades educativas, deportivas y de recreación; hoy lanzan al espacio infinito sus gritos de desesperanza, contrariedades, lamentos, insultos, todo a través de las redes sociales, en donde se vierten y caben todas las opiniones, en tiempo real y son esparcidas a velocidad infinita, solo hay un problema, ¿cuántos los escuchamos, y más aún cuantos los apoyamos o ayudamos a alcanzar sus sueños?


Jóvenes haced política, porque si no lo hacéis se hará igual y posiblemente en vuestra contra. José Ortega y Gassed.

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