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LOS DOLORES Y MALESTARES DEL CUERPO / Nos hablan de los conflictos emocionales que vivimos

LOS DOLORES Y MALESTARES DEL CUERPO


Nos hablan de los conflictos emocionales que vivimos


Por: L.P. Josefina Morales Zaragoza


Para muchos seres humanos esta declaración de que los dolores del cuerpo, nos hablan de los conflictos emocionales que vivimos, puede leerse ridícula y sin fundamento. Sin embargo ¿Te has puesto a pensar por unos minutos que tal vez tu dolor puede ser un dolor emocional? Seguramente si observar las circunstancias en las que se da tu malestar físico, que coinciden con situaciones estresantes y por consecuencia conflictos emocionales que vivimos, y muchos de nosotros solo lo ignoramos, fingimos que no pasa nada y que esta desligado un suceso cotidiano de nuestro malestar, temporal o crónico.


Las emociones que no son atendidas, gritan a través de malestares y dolor en nuestro cuerpo. Existen ya estudios e investigaciones serios y poco conocidos sobre el poder de las emociones y cómo se manifiestan en forma de dolor o malestar, y se nombran "Dolor emocional".


Podemos reconocer en nosotros o en seres humanos cercanos a nosotros, las reacciones de nuestro cuerpo después de alguna situación molesta, estresante, incomoda, inesperada. Son expresiones que nos son tan comunes o familiares como: sentí que me dio un vuelco el corazón, el estómago se me hizo chiquito, me temblaban las piernas, no podía expresar palabra alguna, inmediatamente tuve la necesidad de ir al baño, inicio un fuerte dolor de cabeza, sentí un gran peso en mis hombros, me dolió la espalda, esa gripa me tumbo en la cama, es una migraña que aparece y desaparece, entre otras expresiones.


Si bien es cierto que tener un sistema inmunológico fuerte ayuda a sobrellevar mejor los conflictos emocionales, también es cierto que una emoción negativa como una mala noticia, un susto, una situación de mucho estrés, un cambio de actividades inesperado, nos puede llevar a acumular tensión que tendrá que salir de alguna forma y nuestro cuerpo de alguna manera sabio, nos obliga a guardar reposo, a cuidarnos, a dormir más y mejor, y a cambiar algunos hábitos, de manera temporal o permanente.


¿Aún lo dudas? Pues además de las evidencias científicas, podemos ir a las estadísticas: ¿cuantos seres humanos se dan de baja en un trabajo o escuela por problemas emocionales; o cuantos seres humanos no asisten a sus actividades normales o ven afectado su desempeño laboral y social, por estrés o ansiedad?


Nuestro cuerpo siempre nos avisa, solo que no hacemos caso, si algo te duele o te causa molestia, es que no estás escuchando a tus emociones. La mayoría son dolores emocionales: representaciones físicas de emociones que no estás escuchando.


El dolor emocional no se va con pastillas que nos tomamos, ese no es el camino, al bienestar. En la mayoría de los casos los medicamentos enmascaran el origen de los dolores. Muchos de los malestares y dolores, se sanan con amor, con cariño, con atención. . . es así que también hemos podido atestiguar como un ser humano que se sentía enfermo y molesto, mejora notablemente cuando recibe expresiones de amor y cariño. Con una gota de mil se hace siempre más que con una de hiel, así reza el sabio refrán.


Generalmente si sabemos cuáles son los problemas emocionales que tenemos, y aunque pareciera una lista larga en muchos casos, todo se centra en los tres primeros malestares o preocupaciones emocionales. Si somos honestos con nosotros mismos, podemos determinar que problemas emocionales causan mi "dolor emocional" y en consecuencia mis dolores o malestares físicos.


Se le conoce como gestión de emociones, al arte de aprender a entrenar de manera adecuada nuestras emociones, requiere de un conocimiento más profundo de nuestra identidad y de nuestra esencia como seres humanos únicos.


Mencionare algunos dolores o malestares y lo asociare con una emoción: el dolor de espalda, nos habla de una gran carga de trabajo y de responsabilidades. La gestión con esta carga de emociones que derivan en dolor de espalda, es delegar, no querer abarcar más de lo que es posible.


Mucho se habla sobre el origen de los diferentes tipos de dolor de cabeza, y que no debemos permitir que un dolor de cabeza aumente en dolor: son tus pensamientos que se agolpan en tu mente, al no expresar tus pensamientos, a recibir órdenes y estar en contra de ellas, no sabes tomar decisiones y pospones las actividades por temor, todo lo piensas demasiado, te exiges mucho más de lo que puedes dar en este momento. Se gestiona para mejorar un cambio, para estar en camino fluyendo para sacar los pensamientos nocivos que se agolpan en la mente.


El dolor de estómago, es uno de los dolores o malestares más frecuentes, incluso en niños, es una situación incómoda, en la que no hay seguridad. Por lo cual hay una oposición a vivir los acontecimientos de tu vida, así que no aceptas lo que sucede y entonces muestras que no eres capaz de digerir, ciertos acontecimientos en tu vida.


La gestión de este malestar para mejorarlo es aceptarnos tal y como somos, así como aceptar a los seres que nos rodean, con su personalidad, su voz, su presencia, su sentido del humor, su inteligencia, su franqueza, entre otras características, en lugar de creer que tenemos solo nosotros la verdad absoluta, admitir que hay otros puntos de vista y respetarlos, ni todo es blanco ni todo es negro, no hay absolutismos, el querer controlar todo o vivir en la irrealidad, causa muchos dolores y malestares.


Cuando comienza a dolernos el cuello estamos exteriorizando que en ese momento nos encontramos fuera de lugar, preocupados por el futuro, sin la capacidad de expresar nuestras emociones.


El dolor de garganta, acompañado de una tosecita, nos manifiesta que eres incapaz de expresar tus emociones como quisieras. Puedes incluso tener problemas para comunicarte o para hacer que te escuchen.


Podemos que aprender a ver el dolor emocional es un síntoma, no una consecuencia. Es el síntoma de que hay algún suceso en nuestra vida, que no hemos sanado, que está ahí con nuestras emociones, mucho tiene que ver el saber perdonar, saber amar, saber agradecer.


La cabeza es mi centro de comunicación, está vinculada a mi individualidad. Frecuentemente se le llama el “centro de mando”. Por ella pasan todas mis emociones y todas mis comunicaciones, por la vía de mis sentidos. Si vivo dificultades o enfermedades de la cabeza, debo preguntarme si vivo un conflicto referente a mis pensamientos y mi vida.


Hay que plantearse la siguiente pregunta: “¿Si todas las circunstancias hubieran sido o fueran perfectas a mi alrededor, qué es lo que hubiera querido Ser o qué es lo que quiero Ser?”. A continuación, observa lo que te ha impedido manifestarlo hasta este momento y descubrirás la forma de pensar que te perjudica, que te impide ser tú. Ya no necesitas creer que dependiendo de los demás vas a ser más querido o querida. Además debes concédete el derecho de tener temores y de tomarte el tiempo necesario para llegar a tu meta.




Nuestras emociones pueden ser nuestra mayor fortaleza o nuestra peor debilidad. Todo depende de cómo las manejamos. JMZ.


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