Miguel Hidalgo y Costilla su vida / Padre de la Patria Mexicana
- oriente michoacano
- 15 sept 2020
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Miguel Hidalgo y Costilla su vida
Padre de la Patria Mexicana
Por: Psic. Josefina Morales Zaragoza
Secretaria del Consejo Municipal de la Crónica
Vio su primera luz el día 8 de mayo de 1753 San Diego Corralejo, Guanajuato. Segundo hijo de don Cristóbal Hidalgo y Costilla, administrador de la hacienda de San Diego Corralejo, y de doña Ana María Gallaga Mandarte, tuvo tres hermanos. Cuando tenía 12 años marchó a Valladolid (actualmente Morelia), donde realizó sus estudios en el Colegio de San Nicolás.
E 1773 se graduó como bachiller en filosofía y teología, y obtuvo una cátedra en el mismo Colegio de San Nicolás. Durante los años siguientes realizó una brillante carrera académica que culminó en 1790, cuando fue nombrado rector del Colegio de San Nicolás. En 1778 fue ordenado sacerdote; al recibir las órdenes sagradas ocupó varias parroquias, hasta que a la muerte de su hermano Joaquín, en 1803, lo sustituyó como cura de Dolores, en Guanajuato, suceso que sería determinante en su vida.
Don Miguel Hidalgo fue un hombre muy culto y profundo conocedor de las ideas de la Ilustración, ideas que puso en práctica entre sus feligreses, en su mayoría indígenas, para mejorar su calidad de vida.
En 1808, la invasión a España por las tropas napoleónicas y la consiguiente deposición de su monarca Carlos IV, y de su hijo Fernando VII, generaron gran descontento tanto en España como en América. Entonces numerosos grupos de intelectuales que discutieron en torno a los problemas de la soberanía y la forma de gobernarse en La Nueva España, ahora México. En 1809 Hidalgo se unió a uno de esos grupos secretos, en Valladolid, cuyo objetivo era reunir un congreso para gobernar el Virreinato de Nueva España en nombre del rey Fernando VII, que en ese momento se encontraba preso de Napoleón.
Planeaban levantarse en armas contra el virrey de Nueva España el primero de octubre de 1810, pero fueron descubiertos a mediados de septiembre. Hidalgo y algunos otros conspiradores lograron ponerse a salvo gracias al aviso de Josefa Ortiz de Domínguez y se trasladaron a Querétaro, donde Hidalgo se reunió con Ignacio Allende.
El 16 de septiembre de 1810, Hidalgo ondeo un estandarte con la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, y se podía leer: "Viva la religión. Viva nuestra madre Santísima de Guadalupe. Viva Fernando VII. Viva la América y muera el mal gobierno". Hidalgo lanzaba así el llamado Grito de Dolores, que supone el inicio de la independencia de nuestro México; junto con Allende, consiguió reunir un ejército formado por más de 40.000 participantes.
El 21 de septiembre, el ejército de Hidalgo y Allende capturó Celaya, por lo que Hidalgo fue nombrado capitán general del Ejército Libertador e Ignacio Allende fue ascendido a teniente general. El obispo electo de Michoacán publicó un edicto el 24 de septiembre en el que eran excomulgados Hidalgo, Allende, Aldama y Abasolo. Seguidamente tomó las ciudades de Salamanca, Irapuato y Silao, hasta llegar a Guanajuato.
El 17 de noviembre Hidalgo se encaminó hacia Valladolid con siete mil hombres de caballería y doscientos cuarenta infantes, mal armados, entraron a Guadalajara el día 26; pero no lograron llegar a la ciudad de México.
En Guadalajara, Hidalgo expidió una declaración de independencia y formó un gobierno provisional; además decretó la abolición de la esclavitud, la supresión de los tributos pagados por los indígenas a la Corona y la restitución de las tierras usurpadas por las haciendas.
El 11 de enero de 1811 fue derrotado cerca de Guadalajara por un contingente de soldados realistas. Hidalgo huyó hacia Aguascalientes y Zacatecas, con la intención de llegar a Estados Unidos para buscar apoyos a su causa. Fue traicionado por Ignacio Elizondo y capturado en las Norias de Acatita de Bajan el 21 de mayo de 1811.
Conducido a Chihuahua, Hidalgo fue juzgado en consejo de guerra y condenado a muerte. Lo fusilaron la mañana del 30 de julio de 1811.
El gobierno virreinal creía que, con la muerte de los caudillos, fusilados en Chihuahua, acabaría el movimiento insurgente. No fue así; con la ayuda del pueblo, Ignacio López Rayón, lugarteniente de Hidalgo, retomó la lucha desde su refugio en Saltillo, Coahuila, al mismo tiempo que en el sur se había producido la rebelión de José María Morelos, seguidor de las ideas de Hidalgo.
Tras el establecimiento de la República Mexicana, en 1824, Hidalgo fue reconocido como primer insurgente y padre de la patria. Sus restos reposan en la Columna de la Independencia, conocida popularmente como El Ángel de la Independencia, en la ciudad de México.
La vida de Don Miguel Hidalgo y Costilla, es un ejemplo entre muchos otros que afortunadamente tenemos los mexicanos; un hombre que ofrendo su vida por su país, este México que hoy vivimos, que necesita más hombres y mujeres comprometidos con su patria, con su gente y con bienestar social y económico, en una lucha cuya trinchera es el lugar en donde cada uno vivimos, trabajamos y deseamos mejorar de verdad y para bien de todos.

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